El grupo cooperativo Cajamar, la entidad controlada por la caja rural con sede social en Almería y líder en el sector de las rurales al gestionar un activo que representa el 30% del total de España , toma la delantera en España al ampliar la constitución del grupo financiero común que anunció el mes pasado con Caja Campo a las entidades también valencianas Caixa Albalat y Caja Rural de Casinos. La fórmula elegida, que no contempla la fusión, es la de un Sistema Institucional de Protección (SIP), un mecanismo de defensa financiera que llevan estudiando en los últimos tiempos las 76 cajas rurales que operan en España en aras a impulsar sus planes comerciales y garantizar también su solvencia en épocas tan turbulentas como las actuales en el ámbito bancario, donde todo parece indicar que aumentará la concentración y los pactos entre las entidades.
Los consejos rectores de Cajamar (con presencia en 36 provincias), Caja Campo (Utiel-Requena), Caixa Albalat del Sorells (horta Nord) y Caja Rural de Casinos ya han dado el visto bueno a una operación "abierta" a otras entidades y que en la práctica viene a suponer el primer desembarco de una caja foránea en territorio valenciano, una expansión que hasta ahora era respetada mediante un pacto no escrito entre las grandes entidades españoles y que permitía a Ruralcaja dominar este negocio en la autonomía. "Pero los tiempos han cambiado", reconocía ayer en Valencia el presidente de Cajamar, Antonio Pérez Lao, tras resaltar la necesidad de "anticiparse a la reestructuración que se avecina en el sistema bancario español".
Grupo Cooperativo Cajamar, se constituye con 1.003 oficinas, 4.380 empleados en 36 provincias, unos activos por valor de 26.327 milles y un volumen de negocio de 41.000 millones (19.000 millones de depósitos de la clientela y 23.800 de inversión crediticia). Aglutina 571.738 socios y 2,15 millones de clientes. Cajamár controlará el consejo rector del grupo cooperativo, que garantizará la soberanía y la independencia de los órganos de gobierno de las entidades asociadas. Con todo, las cajas incorporarán la marca Cajamar a sus servicios y productos financieros. Además, abandonan la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR).
Estrategia y riesgos
Los presidentes de Caja Campo, Albalat y Casinos, Luis Robledo, Vicente Oliver y Eleuterio Hernández, respectivamente, coincidieron en destacar que esta corporación "pondrá en común su estrategia de negocio, políticas de gestión y de control de riesgos, solvencia y liquidez".
Actualmente, hay otros dos SIP en marcha en el sector. Por un lado, el que encabezan las cooperativas grandes y provinciales del Grupo Caja Rural y cuyo diseño corre a cargo del bufete Garrigues. Además, existe otro en el que participan entidades de ámbito local y comarcal del Grupo Caja Rural bajo el asesoramiento de AFI. No es la primera vez que las rurales buscan formas de reforzar sus lazos. En 2005, intentaron sin éxito emprender una consolidación de balances en torno al Banco Cooperativo.
Ruralcaja, con el objetivo de afrontar con plenas garantías las zozobras del mercado financiero, está promoviendo, junto a otras cuatro entidades rurales (Navarra, Granada, Sur y Asturias), la puesta en marcha de un SIP. La asamblea de Ruralcaja aprobó recientemente su adhesión a este mecanismo que servirá para establecer líneas de apoyo y defensa mutua entre las entidades participantes. Cajamar quiere emular el modelo que ya funciona en Europa con firmas como Crédit Agricole, Rabobank y DZ Bank.
Font: http://www.levante-emv.com/economia/2009/05/29/grupo-caja-campo-cajamar-controlara-30-negocio-sector/595288.html
divendres, 19 de novembre del 2010
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